El diario Alicantino "La Verdad" ha publicado hoy una interesante entrevista con la Ex-Delegada Saharaui en la mencionada provincia valenciana, Fatma Sidi, con motivo del acto de despedida que sus amig@s le han organizado an Alicante.
He aquí el texto íntegro de la entrevista de la Delegada Saharaui:
-Si hace balance de sus ocho años en Alicante, ¿qué destaca como lo mejor y qué como lo peor?
-Me he sentido muy arropada. Me quedo con la gratitud, el apoyo que he tenido por parte de todas las instituciones, empresas privadas, personas anónimas, prensa... Alicante se ha implicado con la causa saharaui más que como una provincia como una comunidad, participando en todas las caravanas solidarias, en Vacaciones en Paz, echándose a la calle ante las primeras imágenes de violaciones de los derechos en los territorios ocupados... Donde he tocado la puerta siempre me la han abierto. El momento más angustioso que recuerdo es el niño saharaui que desapareció en el mar. Tenía una historia muy compleja detrás, estaba enfermo, vino a Alicante a curarse y luchaba por conseguir su documentación.
-¿Alguna piedra en el camino?
-He tenido diferencias puntuales con algunas personas y me han criticado tanto como me han halagado, pero me ha servido para aprender o para reafirmarme.
-De todos los proyectos desarrollados, ¿hay alguno del que se sienta especialmente orgullosa?
- Ha habido muchos muy emocionantes, como haber posibilitado la formación a saharauis invidentes, a discapacitados psíquicos, o atender a los heridos por minas antipersona. También la casa de acogida para niños enfermos, con casos como el de cuatro pequeños con cáncer que se han recuperado. También las actividades de sensibilización sobre la causa saharaui y el derecho de mi pueblo a decidir su futuro en un referéndum o los viajes a los campamentos.
-¿Qué se lleva y que deja en Alicante?
-Me llevo la gratitud y el aprendizaje de que con esfuerzo todo se puede conseguir. Dejo mi segunda casa y una familia de amigos con los que contaré siempre.
-Hablemos de la situación en los campamentos. ¿Ha afectado la crisis al envío de ayuda internacional?
-Se ha notado mucho, claro. De hecho, la caravana que queríamos mandar en octubre no pudo salir porque no había donaciones suficientes. También lo notamos en Vacaciones en paz, aunque muchas familias han hecho un esfuerzo enorme por seguir acogiendo niños. Internacionalmente, la reducción de alimentos del Banco Mundial desde hace cuatro años, ha pasado factura y los saharauis han tenido que adaptarse a las carencias. Debemos agradecer mucho la ayuda de Argelia, pero hay preocupación por la falta de medicinas, por ejemplo, contra la gripe A.
-A nivel político, ¿ve una salida cercana a la situación de su pueblo?
-No puedo decir si será cercana o no, ojalá. Lo que sí tengo claro es que es más fácil de lo que parece y que Marruecos debería darse cuenta de que todos saldríamos ganando con la descolonización.
-¿Cree que el Gobierno español podría hacer más?
-El pueblo español tiene vínculos muy fuertes con el saharaui y el Gobierno lo sabe. El problema parecen ser los intereses estratégicos con Marruecos, pero nosotros no estamos en contra de estos intereses, sólo de que se nos use como cabeza de turco. Esperamos que durante la presidencia española de la Unión Europea el Gobierno aproveche para poner sobre la mesa la causa saharaui.
-El caso de Aminatu Haidar, ¿tendrá repercusiones en la causa?
-Creo que esta mujer ha demostrado de forma pacífica, como el resto de los saharauis, que la solución sería muy fácil si Marruecos no la obstaculizase. El mundo ha visto cómo actúa este país, que se lleva a una activista pacífica por la fuerza.
-¿Marruecos ha claudicado o España le ha dado algo a cambio?
-Ha claudicado a medias, porque mantiene a Haidar bajo vigilancia. No sé si ha recibido algo a cambio. España no debió permitir esa situación, aunque hay que agradecerle que la haya resuelto.
-Si hace balance de sus ocho años en Alicante, ¿qué destaca como lo mejor y qué como lo peor?
-Me he sentido muy arropada. Me quedo con la gratitud, el apoyo que he tenido por parte de todas las instituciones, empresas privadas, personas anónimas, prensa... Alicante se ha implicado con la causa saharaui más que como una provincia como una comunidad, participando en todas las caravanas solidarias, en Vacaciones en Paz, echándose a la calle ante las primeras imágenes de violaciones de los derechos en los territorios ocupados... Donde he tocado la puerta siempre me la han abierto. El momento más angustioso que recuerdo es el niño saharaui que desapareció en el mar. Tenía una historia muy compleja detrás, estaba enfermo, vino a Alicante a curarse y luchaba por conseguir su documentación.
-¿Alguna piedra en el camino?
-He tenido diferencias puntuales con algunas personas y me han criticado tanto como me han halagado, pero me ha servido para aprender o para reafirmarme.
-De todos los proyectos desarrollados, ¿hay alguno del que se sienta especialmente orgullosa?
- Ha habido muchos muy emocionantes, como haber posibilitado la formación a saharauis invidentes, a discapacitados psíquicos, o atender a los heridos por minas antipersona. También la casa de acogida para niños enfermos, con casos como el de cuatro pequeños con cáncer que se han recuperado. También las actividades de sensibilización sobre la causa saharaui y el derecho de mi pueblo a decidir su futuro en un referéndum o los viajes a los campamentos.
-¿Qué se lleva y que deja en Alicante?
-Me llevo la gratitud y el aprendizaje de que con esfuerzo todo se puede conseguir. Dejo mi segunda casa y una familia de amigos con los que contaré siempre.
-Hablemos de la situación en los campamentos. ¿Ha afectado la crisis al envío de ayuda internacional?
-Se ha notado mucho, claro. De hecho, la caravana que queríamos mandar en octubre no pudo salir porque no había donaciones suficientes. También lo notamos en Vacaciones en paz, aunque muchas familias han hecho un esfuerzo enorme por seguir acogiendo niños. Internacionalmente, la reducción de alimentos del Banco Mundial desde hace cuatro años, ha pasado factura y los saharauis han tenido que adaptarse a las carencias. Debemos agradecer mucho la ayuda de Argelia, pero hay preocupación por la falta de medicinas, por ejemplo, contra la gripe A.
-A nivel político, ¿ve una salida cercana a la situación de su pueblo?
-No puedo decir si será cercana o no, ojalá. Lo que sí tengo claro es que es más fácil de lo que parece y que Marruecos debería darse cuenta de que todos saldríamos ganando con la descolonización.
-¿Cree que el Gobierno español podría hacer más?
-El pueblo español tiene vínculos muy fuertes con el saharaui y el Gobierno lo sabe. El problema parecen ser los intereses estratégicos con Marruecos, pero nosotros no estamos en contra de estos intereses, sólo de que se nos use como cabeza de turco. Esperamos que durante la presidencia española de la Unión Europea el Gobierno aproveche para poner sobre la mesa la causa saharaui.
-El caso de Aminatu Haidar, ¿tendrá repercusiones en la causa?
-Creo que esta mujer ha demostrado de forma pacífica, como el resto de los saharauis, que la solución sería muy fácil si Marruecos no la obstaculizase. El mundo ha visto cómo actúa este país, que se lleva a una activista pacífica por la fuerza.
-¿Marruecos ha claudicado o España le ha dado algo a cambio?
-Ha claudicado a medias, porque mantiene a Haidar bajo vigilancia. No sé si ha recibido algo a cambio. España no debió permitir esa situación, aunque hay que agradecerle que la haya resuelto.
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